En la foto, con una vendedora a la entrada del templo. Aunque Bagan es una ciudad desierta, los birmanos aprovechan el constante flujo de turistas para poder ganar un poco mas de dinero. Myanmar en los años 80 se encontraba entre los 10 países más pobres del mundo. En la actualidad, el gobierno militar ha abierto un poco mas las fronteras hacia el turismo dándose cuenta que puede ser la gran fuente de ingresos futura.
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