Desde Cheng Dou intente conseguir un billete de tren para llegar a Tibet. Estaba demasiado complicado ya que no tenía ninguna reserva con antelación. Al final vine en avión a su capital, a Lhassa. Aquí la gente vive de otra manera. El tiempo parece haberse parado en torno al barrio antiguo de la ciudad. Los peregrinos acuden a millares. El símbolo de la ciudad es el Potala, el palacio del Dalai Lama. Hoy en día a causa del conflicto con China, el Dalai sufre un exilio en India, pero los tibetanos acuden a honrar el hogar de su religión.
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