Aquí me encuentro en las cuevas de Ajanta. son cuevas repartidas entre el culto hinduista y los budistas. A la entrada de cada cueva hay cuidadores que abren las verjas y se quedan allí por si hay algún problema. La mayor parte del tiempo están recostados adormecidos por el sofocante calor que llega hasta los 40 grados y eso que estamos empezando el verano.
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