He estado paseando por el cementerio musulmán y me he encontrado con dos soldados israelitas, metralleta en mano. Me he quedado un poco asustado y me han preguntado que estaba haciendo por allí. Les he dicho que había ido a ver la puerta y que me iba hacia mi hostal cuando uno de ellos me ha preguntado de dónde era. Le he dicho que español y rápidamente ha metido la mano derecha en el bolsillo y ha sacado......su móvil. Me ha enseñado las fotos que hizo hace unos días a De la Peña y el resto del equipo del Español. Él era uno de los encargados de la seguridad del equipo. Me ha dicho que ha terminado la carrera de ingeniería y que ahora le faltaba un año para terminar el servicio militar (son tres años obligatorios en Israel) y que luego querría hacer un viaje de varios meses como el mío. Se le veía la mar de simpático, con ganas de hablar con extranjeros y en ese momento he pensado la mala suerte que ha tenido de vivir en esas circunstancias y de tener que estar en ese lugar en vez de estar con sus amigos tomando una cerveza o viendo un partido de fútbol. Cada día me doy mas cuenta de la suerte que tenemos los que vivimos en Zaragoza y no tenemos que despertarnos por las mañanas y coger la metralleta para salir a la calle.
Al despedirse me ha dicho que ojalá al año que viene sea el Zaragoza el que venga a Israel a jugar ya que el todavía se acuerda de un gol que metió un jugador del Zaragoza desde mitad del campo en París y que hizo que ese equipo se llevara una Copa. Yo le he dicho que seguro que al año que viene estamos en Europa y si voy yo de guía con el equipo le he prometido llevarle una buena botella de vino. Que aunque el es judío, aprecia los jugos de las buenas vides.
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